lunes, 18 de enero de 2010

La euforia provocó caos en el show de Chino & Nacho


Vanos fueron los esfuerzos de la seguridad privada y civil para calmar a la multitud del área vip que se abalanzó a las vallas metálicas para estar más cerca de sus ídolos Chino & Nacho. Sucedió el sábado en el Centro de Convenciones Sonilum, donde la euforia de las ‘niñas bonitas’ pudo más que todo el equipo de producción. El saldo final arrojó unas 20 personas desmayadas, seis evacuadas, entre ellas una joven con una lesión en el tobillo, y cientas de golpeadas.
Todo comenzó cuando, pasadas las 22:30, los animadores de radio Caliente tuvieron que ingeniárselas para entretener a las cerca de 4.000 almas (en su mayoría, niños y adolescentes), que desesperadas exigían ver a los reggaetoneros venezolanos. Sin medir consecuencias, una avalancha humana se dirigió hacia las vallas, que dividían el sector lounge con el de vip, y los guardias intentaron detenerla. La situación se salió de control cuando varias chicas se desvanecieron.
“¡Queremos a Chino & Nacho!”, exigían al unísono otras miles de jovencitas que seguían empujando la valla para llegar al área lounge. Desde el escenario, los animadores pidieron ‘compostura’, pero el llamado no hizo eco y ni el grupo de baile ni la banda de Marian y Los Rockanpopers pudieron calmarlas. Cerca de las 23:25 corrió la voz de que el dúo recién había llegado a Sonilum, pero sólo se trataba de los músicos y los técnicos.
“Lamentamos los accidentes, pero ya no se podía hacer nada porque el show estaba programado para las 00:00”, explicó ayer Paúl Quiroga, el productor cochabambino de Bolivia Party Producciones. Aunque Quiroga enfatizó en que “en ningún momento se buscaba dañar al público”, sus palabras no fueron consuelo para la gente que vivió una trágica noche en el salón América de Sonilum.
Cinco minutos antes de la medianoche, Jesús Alberto Miranda (Chino) y Miguel Ignacio Mendoza (Nacho) bajaron de un motorizado, de marca Murano, y con una amplia sonrisa se perdieron en los pasillos. Después, a las 00:00, salieron al escenario para entregarse como ‘carnada’ a la fanaticada que sucumbió ante canciones como Lo que no sabes tú, Se apagó la llama y Me mata, me mata.
En medio de un aire sofocante, las chicas continuaban saliendo desvanecidas en brazos de los guardias hacia el equipo médico del Sisme (Servicio Integrado de Emergencias Médicas), que instaló una zona restringida para socorrerlas. Una joven, de los seis evacuados, fue llevada a la clínica Bilbao porque sufrió una lesión en el tobillo y tuvieron que enyesarla. “Reconocemos que hubo errores en la organización, quizás de coordinación o de seguridad, pedimos disculpas”, dijo Paúl Quiroga.
En el concierto no sólo se vio desmayadas, sino también hubo ‘sillas voladoras’ porque los fans querían corear, gritar, saltar y bailar ‘libremente’. Mientras tanto, en el forcejeo entre 50 guardias y miles de chicas, las vallas se rompieron y golpearon a los de lounge. Éstos, sorprendidos, salieron disparados del área y allí se pudo observar cómo varias madres, con niños en brazos, y adolescentes pedían auxilio a los médicos. “Cuando me di cuenta, la valla estaba encima”, dijo una madre, que no quiso identificarse, pero se quejó porque su hijo, de nueve años, sufrió una crisis nerviosa. “En mi país se habla bien de Santa Cruz, pero mire con lo que me encuentro”, exclamó Claudia Pérez, que llegó desde Bogotá junto a otras ocho personas. “He visto imágenes grotescas entre chiquillos y hasta les han vendido cerveza”, demandó Sandra Zabala.
El show tuvo un intermedio de un par de minutos para pedir calma, pero la multitud no dio tregua. Después, el dúo siguió entregando sus éxitos, hasta que se despidió con su gran hit Niña bonita, a la 1:00. Se apagaron las luces y, a pesar de los ‘bises’, los músicos no cedieron y más bien, según la organización, lamentaron lo sucedido. La gente coincidió en que el dúo ofreció un buen espectáculo, pero la organización se aplazó.

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