sábado, 20 de marzo de 2010

Teatro popular se ve excluido, Fitaz dice que no da la tallaTeatro popular se ve excluido, Fitaz dice que no da la talla

“No tenemos obras populares o costumbristas de un nivel mínimo como para que se pueda mostrar a nivel del Fitaz”. Así responde Maritza Wilde, directora del Festival Internacional de Teatro de La Paz, ante el reclamo de algunos elencos que se sienten excluidos del mayor evento de las artes escénicas del país que estos días se desarrolla en La Paz.

En siete versiones, desde 1999, el festival nunca incluyó en su grilla a compañías habitualmente muy exitosas en taquilla, como Talía Producciones, dirigida por Daniel Gonzales; Santallazos, de David Santalla; o Teatro Realidades, de Hugo Pozo. No obstante, los dos primeros sí fueron invitados a Escénica, un ciclo teatral excepcional que en 2009 organizó el Municipio paceño con motivo del Bicentenario de la Revolución de 1809.

Gonzales afirma que “nuestras obras, las más exitosas y esperadas por el público, siempre han sido marginadas de este evento, y nunca nos han dado una justificación valedera”. El actor y productor cuenta que en 2000, para la segunda versión del Fitaz, “envié una carpeta con todos los requerimientos que pedían: un video, libreto, ficha técnica, y no tuvieron la gentileza ni siquiera de responder”.

Según Wilde, el Fitaz no se guía por géneros o estilos, sino por la calidad de las ofertas que un consejo de especialistas selecciona durante dos años. “El festival —señala— sólo se cierra a la mala producción, si habría una buena pieza costumbrista o rural, la tomaríamos en cuenta de buen agrado, es más, tenemos en la programación a Teatro Trono de El Alto con un trabajo popular de muy buen nivel”.

Para elegir a los grupos que participarán en la cita bienal, Wilde y su equipo toman en cuenta elementos dramatúrgicos, de montaje, actorales y estéticos. La Directora aclara que “yo no digo que todo el teatro popular sea malo, a mí me parece que David Santalla hace un excelente trabajo, pues escribe guiones, crea personajes y los interpreta muy bien; no está en este Fitaz porque hace mucho que no tiene estrenos, sólo recopilaciones”.

Santalla no pudo ser ubicado ayer por este medio, no obstante, Gonzales insiste y pregunta “¿cómo saben que somos tan malos si nunca los vimos (a los organizadores) en nuestras funciones?, y si es así, ¿por qué no nos hacen críticas constructivas?, ¿por qué no se abren a conversar y simplemente nos marginan?

Agustín “Cacho” Mendieta, experimentado actor que en su larga trayectoria cultivó diferentes géneros teatrales y también hizo cine, considera que “el Fitaz tiene unas reglas estrictas de calidad y profesionalismo, pero no creo que sean excluyentes; me parece que si el teatro popular no estuvo nunca es porque no presenta proyectos que se ajusten a ciertos niveles técnicos y otras exigencias”.

Mendieta sostiene que “yo tengo un monólogo, Nina Quenta Limachi, con el que gané el Premio Peter Travesí, y si no entré al Fitaz fue porque me atrasé en presentar la propuesta”.

El conocido artista reconoce que hay buen y mal teatro costumbrista, y que muchos de los que se sienten marginados “lastimosamente, tienen piezas que no van con los cánones de calidad y que demuestran mucha improvisación”.

“Tenemos a Teatro Trono con un trabajo popular de muy buen nivel”

Cinco obras nacionales y una de Brasil

Seis funciones teatrales, cinco de elencos nacionales y una de la compañía brasileña Teatro Promiscuo, conforman la oferta para el primer fin de semana del VII Festival Internacional de Teatro de La Paz (Fitaz 2010). En ésta se incluyen teatro para niños, humor, sátira y propuestas de vanguardia.

Todo empezará a las 15.30 en el Cine Teatro Municipal 6 de Agosto, escenario en el que Mondacca Teatro repondrá la pieza infantil El Tragasueños, la adaptación de un texto del famoso autor de obras para niños Michael Ende. A las 18.30, Teatro Trono presentará en su escenario en Ciudad Satélite, El Alto, la pieza Hoy se sirve, una sátira popular y política con un fuerte contenido crítico a la historia nacional. A las 19.30 en el Teatro D’Orbigny del colegio Franco Boliviano, Percy Jiménez dirigirá Mis muy privados festivales mesiánicos, la historia de tres mujeres frustradas en su trabajo y en su vida personal. Quince minutos después, a las 19.45, la compañía cruceña Sourous Producciones estrenará La última cinta de Krapp en el teatro Modesta Sanginés de la Casa de la Cultura.

La única oferta internacional de sábado es la que trajo Promiscuo: las piezas breves Dentro y Tres cigarrillos y la última lazaña, que se escenificarán desde las 19.45 en el Teatro Municipal. La jornada cerrará a las 21.30 en el Teatro de Cámara con la obra A orillas del lago a cargo del grupo paceño Artynoa, dirigido por Wara Cajías.

Comentario

Liliana Carrillo V.

Periodista

Textos que migran, ésos que conmueven

¿Cuál es el límite de las posibilidades? Bárbara, Silvia y Anika, tres trabajadoras sociales asfixiadas de papeles en una oficina pública, se formulan esta pregunta cada día.

Ése es el argumento de Mis muy privados festivales mesiánicos, obra de la alemana Felicia Zeller, que presenta en el Fitaz la Compañía Textos que Migran.

Hay varios aspectos excepcionales en la obra: el primero es el libreto y su adaptación local; el segundo es la arriesgada puesta en la que las conflictuadas empleadas son hombres, de traje y corbata, que nunca traicionan la personalidad femenina de sus personajes. De cherry la gran actuación del elenco dirigido por Percy Jiménez.

Mario Aguirre, Miguelángel Estellano y Pedro Grossman interpretan a las trabajadoras sociales. El rol de su alter ego —una conciencia que pone de manifiesto sus ideas y sentimientos— es Soledad Ardaya.

Los cuatro retratan a tres mujeres encargadas de velar por el bienestar de los niños, y que no son capaces de cuidarse a sí mismas: una es alcohólica y fuma sin cesar; otra es una burocrática ególatra consumada y la tercera, una madre soltera que golpea a su niña. ¿Terrible? No tanto como el ambiente de mediocridad frustrante que las rodea y las aplasta.

Los miembros de la Compañía Textos que Migran son teatreros de peso y su experiencia se evidencia con esta puesta. El reto de enfrentar un texto denso, con una puesta aún más riesgosa, era grande; por ello es dulce el resultado: Mis muy privados festivales mesiánicos conmueve, sorprende y confirma la buena calidad de la nueva generación del teatro boliviano.

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