domingo, 20 de febrero de 2011

Swingbaly cumple 50 años de música

“Más que una agrupación musical, Swingbaly es una institución, es una escuela por la que pasaron más de 250 artistas”. Así define Carlos Medrano la orquesta que él y sus hermanos fundaron hace 50 años y la cual aún anima las fiestas paceñas con canciones y baile.

Para José Alberto Abreu, percusionista, la banda tiene algo que en las instituciones formales de enseñanza no se aprende: “La capacidad de interpretar adecuadamente el género popular junto a otros músicos”.

La educación es parte esencial de Swingbaly. Medrano se atreve incluso a sostener que el conjunto musical nació gracias a este concepto. Él y sus hermanos, cuenta, crecieron en un hogar donde la composición y la interpretación era algo que se desarrollaba de manera constante.

“Creo de verdad que lo que nos motivó a formar el grupo fue la influencia que tuvo nuestro padre, Gregorio Medrano López, quien nos enseñó a amar la música”, recuerda el también trompetista.

Gregorio Medrano fue director de las bandas de música del Ejército, la Policía y fundador de la Banda Municipal Eduardo Caba de La Paz. “Se puede decir que el legado que les dejaron sus padres es muy grande e importante y eso es —en parte— lo que motivó el surgimiento de Swingbaly”, considera la vocalista Beba Rocha.

De entre sus hermanos, Carlos fue quien decidió dedicarse por completo a la música. Estudió en el Conservatorio de Música de Santiago de Chile durante seis años. Allí tuvo como maestro a Pastor Gutiérrez, el primer trompetista de la Orquesta Sinfónica de la capital chilena.

A su regreso al país, planificó con sus hermanos la formación de un con junto musical. “Queríamos poner en práctica nuestro conocimiento y dar rienda suelta a nuestro amor por la música”, expresa Carlos. Así, el 15 de diciembre de 1960, los hermanos Medrano —Carlos, Tonny y Reynaldo— y otros siete músicos dieron vida a la entonces Orquesta Paceña Internacional Espectáculo Swingbaly.

La línea artística de la nobel agrupación quedó definida desde sus inicios. Con una base de diez músicos, se interpretarían éxitos latinoamericanos, especialmente los pertenecientes al género tropical: salsa, cumbia y merengue. Asimismo, se determinó en esa época que los asistentes a las presentaciones disfrutarían además de un espectáculo de baile.

Todo ello se resume en el nombre. “Muchos nos preguntan qué significa Swingbaly, por qué elegimos esa palabra. Ésta viene de swing, que es movimiento (en el idioma inglés). Más allá del significado de la palabra, la denominación representa lo que somos: baile, armonía y —por supuesto— mucha diversión y buena música”, asegura su director.

La primera actuación de la orquesta se realizó en 1961 en el Teatro al Aire Libre Jaime Laredo, animando la fiesta de los hombres de radio. Esta feliz coincidencia, la de formar parte de un evento relacionado con los medios de comunicación, permitió que la agrupación se dé a conocer.

Durante los siguientes años, en la década de los 90, la banda se presentó con artistas invitados de la talla del comediante mexicano Tin Tan, el español Julio Iglesias y otros. Asimismo, recorrió diferentes escenarios paceños y del interior del país.
“Durante ese tiempo todo el mundo ya hablaba de los Swingbaly. Era una de las agrupaciones más solicitadas”, recordó Rocha. Sin embargo, los fundadores están convencidos que fue en los años 70 cuando comenzó la época dorada del grupo.

“Durante esos años viajamos al exterior. Hicimos giras en Estados Unidos, en Centro América (...)”, relata Carlos. Fue también en esa época cuando se incorporó al elenco Beba Rocha, quien sería uno de los miembros permanentes de la orquesta. “En 1972 me invitaron a formar parte del grupo. Fue un honor y estoy con ellos desde entonces. Van a ser ya 39 años”, dice la intérprete.

Con ella realizaron su primera serie de recitales en Estados Unidos, en 1974. La agrupación tropical ofreció conciertos en las ciudades de San Francisco, Los Ángeles, Chicago, Boston, Nueva York y Washington.

“Recorrimos todo ese territorio en cinco días y cinco noches de viaje continuo”, rememora Rocha. El éxito de la banda se confirmó cuando en Nueva York, una de las paradas, los integrantes se perdieron en la gran metrópoli. En el barrio de Harlem, se detuvieron para comunicarse con los organizadores del tour. Mientras esperaban ser encontrados y luego trasladados a su sitio de llegada, se toparon con un boliviano que los reconoció y guió a su destino.

“Fue una gran experiencia, lo malo es que al retornar ya no teníamos orquesta. Varios de los músicos decidieron quedarse en Estados Unidos”. No sería la primera vez que eso ocurre. En su medio siglo de vida, alrededor de 250 músicos formaron parte y se forjaron en Swingbaly.

En general, se invita a artistas para que se integren al elenco. El requisito exigido es la destreza musical. “Para unirte a Swingbaly tienes que ser muy bueno, tanto al interpretar las canciones como al bailarlas”, advierte Abreu. Es así que por sus filas transitaron grandes artistas que triunfaron dentro y fuera del país. Uno de ellos fue Luis Fernando Del Río, quien —según Tonny Medrano— “marcó época con Caballo viejo”.

Swingbaly demostró su talento en diferentes eventos públicos y privados. Cantaron en bodas, cumpleaños, bar mitzvahs (para los cuales tuvieron que aprender hebreo y árabe) y otros acontecimientos sociales.

En su aniversario, el Ministerio de Culturas, la Asamblea Legislativa Plurinacional y el municipio de La Paz reconocerán su carrera, misma que continúa con fuerza y lista para el futuro, aseguran sus fundadores.

INTEGRANTES

Los primeros fueron Carlos, Antonio y Reynaldo Medrano, Delfín Marañón (teclado), Ricardo Montesinos (trompeta), Wálter Álvarez (saxofón), Édgar Terrazas (guitarra), Jorge Ledezma (en la percusión), Armando López (congas). El grupo lo completaba el cantante César Sarmiento.

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