miércoles, 17 de agosto de 2011

Johansen y Liniers, canto, dibujo y baile

Juan Pablo Rodríguez

La expectativa por saber cómo es un dúo de músico y dibujante generó un ambiente presto a la sorpresa ante la presentación de Johansen y Liniers.
El show comenzó con los temas Road movie y En mi cabeza, con salón lleno en la primera función -unas 300 personas-, también con mucho humor e interacción con el público que, como una inmejorable señal, comenzó entusiasmado.
Oops!, el espectáculo que presentaron ambos artistas anoche en doble función, en el teatro Chaplin Show, dejó más que satisfacción en los ávidos espectadores, una sensación de haber degustado una comunión perfecta entre líricas y dibujos.
Johansen, guitarra, charango y banyo; cencerro, entre otros instrumentos de percusión, y Liniers del otro lado en escena, sentado ante la mesa de dibujo con una proyectora que amplificó sus creaciones en una pantalla frente al público, fueron los elementos protagónicos.
Un trovador de letras elocuentes y un ingenioso ilustrador inspirado en cada intervención musical a la que aportó los coros, resolvieron el concierto de ambos talentos que, aún sin ser su obra popular en Santa Cruz, supieron cautivar al público que, seguro, seguirá de cerca sus producciones futuras. Este show cerró con guitarra eléctrica, con una ovación de pie, con Liniers haciendo trencito en la platea y, como postal final, con Johansen y Liniers bailando con una multitud sobre el escenario.
En una noche de mucho ritmo y géneros, Sonilum acogió el espectáculo de música cristiana de Marcos Witt. El cantautor trajo un recital de alabanzas y mensajes para su comunidad que festejó con él 25 años de vida artística entregada a Dios.

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