martes, 16 de agosto de 2011

Música y humor: un experimento en escena

El músico Kevin Johansen y el humorista Liniers llegaron ayer a Bolivia para presentar en escenario “¡Oops!”, un experimento (como ellos mismos lo llaman) que mezcla música con humor gráfico y que fue editado como libro audiovisual.

Ambos artistas argentinos hicieron su primera parada en Santa Cruz, donde se presentarán esta noche en Chaplin Show, con un espectáculo en el que Kevin hace un repaso por sus canciones mientras Liniers las transforma en dibujos según lo que le inspiren.

El verdadero nombre de Liniers es Ricardo Siri y su pseudónimo se debe a que es descendiente de Santiago de Liniers, quien fue virrey de Buenos Aires. Antes de aterrizar en el cómic probó estudiando Derecho, Comunicación Social y Publicidad. Al principio, le dijeron que sus tiras no se entendían; pero después se hicieron populares. Liniers “participa” en sus historietas vestido de conejo.

Kevin nació en Alaska, es hijo de madre argentina y padre norteamericano; pero es completamente latinoamericano ya que fue criado en Buenos Aires. Su música está calificada como alternativa y tiene ritmos de rock moderno, funk, latino y pop.

Ambos hablaron con Los Tiempos ayer, pocos minutos después de llegar al hotel Los Tajibos, donde están hospedados, y comentaron sobre la nueva experiencia de trabajar conjugando su arte, la reacción que causa en el público y en ellos mismos y sobre algunas particularidades de su trabajo.

Los Tiempos (LT): ¿Qué es más fácil, hacer cantar o hacer reír a la gente?

Liniers (L): Hacer cantar a la gente no me sale, para eso necesito que Kevin esté inspirado. Cada uno hace lo suyo, yo tengo que transformar su música en un dibujo, a veces ilustrarla, otras hacer con ella algo gracioso. Cada show es uno en sí mismo y me divierte. Como somos muy amigos lo disfrutamos juntos y eso se puede ver en el escenario.

Kevin Johansen (KJ): Yo me dedico a que la gente escuche la música, el que hace reír es Liniers. Lo que hacemos juntos es un plus, una yapa.

LT: ¿Qué efecto ven que causa la conjunción de música y humor gráfico?

L: Por suerte, el público lo agradece. Están acostumbrados a ver solo un tipo de show y el dibujo es un contrapunto divertido.

KJ: Creo que la gente agradece que haya dos personas dispuestas a interactuar, somos dos diferentes artistas que se dedican a cosas que, en el escenario, se relacionan y hacen que la gente pase por varias emociones: se ponen a llorar, reflexionar, divertirse, pensar…

LT: ¿De dónde nació la idea de “¡Oops!”?

L: Fue creciendo de a poco. Primero hice un poster para Kevin, luego me fui animando a subir al escenario; pero empezó más como un juego de amigos y lo propuso un amigo en común. Me preguntó: -¿te animás? Y yo dije: -¿por qué no? Y ahí salió, sin que nos diéramos cuenta.

LT: ¿Qué pensaron sobre la reacción del público la primera vez que actuaron juntos?

L: Nos pasó una cosa muy divertida. Estábamos en Venezuela, solos, Kevin sin su banda parado en el escenario y de pronto nos causó sorpresa que la gente reía a carcajadas. Ahí, como lo veían solito, entonces me salió mi payaso y empecé a dibujar. Fue una cosa muy divertida porque nos tomó por sorpresa y salió más divertido de lo que esperábamos.

KJ: Ahí hubo una situación muy graciosa, yo estaba con mi guitarra, Liniers dibujaba y la gente se reía mientras yo agarraba más fuerte mi guitarra y la gente seguía riendo. Fue la primera vez que sentí las risas como aplausos porque eso eran.

LT: Hace poco, aquí en Bolivia, se presentó la “traducción” de una novela al cómic ¿Por qué creen que hay esta tendencia a conjugar diferentes lenguajes artísticos?

L: Todos están esperando encontrar cosas nuevas y es una manera de ver si hay química… o si hay explosión. Son experimentos que uno hace como artista. Me parece divertido que hayan vuelto cómic una novela.

KJ: Creo que por la cantidad de información que tienen están como más acostumbrados a que las cosas tengan un solo lenguaje; pero de esta forma se demuestra que son lenguajes que están relacionados o que se pueden complementar. Esto empezó con las tapas de los discos, ahí se relacionó música y arte gráfico, luego el disco se transformó en película y hay varios ejemplos de eso como “The Wall”, de Pink Floyd. Creo que se enriquecen mutuamente y se dan fuerza.

Liniers, contador de historias

LT: ¿Por qué un conejo?
L: Es una manera de esconderme. Un poco mi disfraz para hacer papelones porque te da vergüenza hacer papelones, entonces me escondo detrás del conejo.


LT: ¿Sobre qué dibujas?

L: Me divierte todo lo que me sorprenda o me provoque curiosidad. Como yo necesito libertad de acción, entonces mi humor va hacia todos lados.


LT: ¿Por qué crees que al principio no te entendían?

L: El humor hay que aprenderlo, cuando hay cosas complejas necesitas conocer el código para entenderlas. Mi tira “Macanudo” creo que tenía eso y creo que es mejor (que sea así).


LT: ¿Qué tipo de humor haces?

L: Mi humor es político, social, no tengo una clasificación, me gusta tener variedad, hago humor tierno, absurdo, negro, también depende de cómo me despierto (risas)


LT: Si por alguna razón no pudieras hacer humor gráfico ¿a qué te dedicarías?

L: Me aprendería música y le quitaría el trabajo a Kevin (risas). No, mi talento musical es exiguo, tendría que dedicarme a hacer algo creativo, escribir o al cine; pero siempre contando historias.


Johansen: “Tengo una gran raíz del sur”

LT: ¿Sientes que Liniers dibuja tu música?

KJ: Sí, creo que me conoce bien, además que nos faltamos al respeto (en el buen sentido) con afecto y eso se traduce en una interpretación con mucha libertad que nos damos ambos, nos emocionamos y nos sorprendemos porque hay momentos de improvisación.


LT: Califican tu música como alternativa, ¿la sientes así?

KJ: Yo creo que es alternativa popular (risas). Soy un cancionista que sueña con que canten o silben mis canciones por la calle, ya sea una señora, el quiosquero o los niños, compongo para todos, no para unos pocos. Yo a veces digo que soy paulatinamente popular (ríe). Me contaron que hace años, cuando Joaquín Sabina llegaba a Argentina, pedían al público que por favor fueran a verle; hoy sus canciones se han ganado un lugar y llena estadios, no aspiro a eso; pero si llega bienvenido.


LT: Eres más latino o más norteamericano?

KJ: Tengo las dos culturas muy metidas, fui criado por mi madre soltera que luego tuvo como pareja a un mexicano que era muralista. Latinoamérica estaba muy presente con mi madre que era intelectual, feminista, artista, ella era muy especial y agradezco la influencia que tuve en casa donde siempre tenía buena música y buenos libros. Creo que tengo una gran raíz del sur.


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