sábado, 22 de marzo de 2014

La ruta del jazz con sello nacional

Que se reúnan 64 músicos de jazz boliviano en un primer encuentro nacional es, al menos, una buena señal para el género en el país. El Encuentro Boliviano de Músicos de Jazz nació como parte de una iniciativa de los músicos Boris Vásquez y Erick Cuevas, cuyo objetivo es ampliar las oportunidades que el público boliviano pueda apreciar esta música interpretada por talento nuestro. La cita, que concluye hoy en la Manzana Uno y en el local City Music SC, sirve de excusa para detenerse a analizar la actualidad del jazz boliviano.

Para Boris Vásquez el jazz funciona muy bien gracias a iniciativas personales y el empuje de grupos de gestores independientes que trabajan por darle vida a un movimiento; pero, al mismo tiempo, lamenta que todavía no exista un mercado nacional ni políticas de apoyo por parte de las autoridades. “Se ha tomado en serio el compromiso de tocar decentemente este género y los resultados son muy satisfactorios. Por eso estamos tratando de generar estos intercambios, para que la gente se vaya invitando y se forme una especie de red con la que podamos difundir el trabajo y la calidad de las propuestas”, expresó Vásquez.

A su vez, el guitarrista Carlos Fischer, que en el encuentro se presentó a dúo con el pianista José Sánchez, considera que el público boliviano se está abriendo cada vez más al jazz y a propuestas específicas como la suya: el jazz fusión.

“Es importante que se genere una movida, ya sea a través de los boliches o en festivales, pero es necesario que existan más lugares donde se escuche esta música”, indicó Fischer, que resaltó el trabajo de formación de escuelas que intentan llevar el jazz nacional a un buen nivel.

La formación
Desde que se abrió en La Paz el departamento de Música Moderna del Conservatorio nacional se ha elevado la calidad de todas las otras instancias de formación en cuanto al jazz y sus subgéneros. En eso coinciden los músicos locales. En el caso de Santa Cruz, la formación en el género es incipiente y se imita a talleres o trabajos individuales. Sin embargo, se anuncia la apertura de una nueva escuela de música en la ciudad, que incluirá la enseñanza de jazz a nivel de licenciatura.

Andrés Palacios es el director de Rodolfo Laruta y la Sonora final Los Andes, el conjunto que toca esta noche en el cierre del encuentro en la Manzana Uno (20:00) y que es la primera orquesta de jazz boliviano que propone composiciones y arreglos propios.

Palacios considera que el desafío de un músico de jazz boliviano es lograr que lo escuchen y lo difundan. “Es difícil difundir esta música y mucho más trabajar con un ensamble tan grande. Nadie se va a hacer millonario con esta orquesta, pero la idea va por otro lado, es aprender, es un proceso pedagógico”, afirmó Palacios

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