lunes, 22 de diciembre de 2014

Life In Color: los detalles de una pringazón épica

Lo que se vivió el sábado en Life in Color fue, ni más ni menos, un Carnaval en pleno diciembre. Con la precisión de un reloj suizo, la fiesta de pintura arrancó a las 21:00 con la participación de los DJ locales Mezpac, Passol y Varmer, que pusieron en onda a las 7.000 personas que, desde temprano, se dieron cita en el área abierta de Sonilum.

Una mesa rodeada íntegramente por pantallas led, y tres megapantallas, se convirtieron en el punto de atención de los jóvenes –y no tan jóvenes- que asistieron vestidos de blanco, pero con la predisposición y el objetivo de no salir igual. Cinco cañones y dos mangueras industriales, manejadas por dos bailarinas y un acróbata, lanzaban una pintura colorida y brillante, de textura ligosa, mientras la marea humana que se formó en el lugar levantaba los brazos, agitaba poleras y saltaba sin descanso.

A las 23:00, el sueco Sebjak se adueñó del tiempo y del lugar, ganándose aplausos y chiflidos. Tres minutos antes de la medianoche, Sheldon, el animador que solo se dirigió en inglés a la audiencia, salió envuelto en la bandera boliviana para tomarse una ‘megaselfie’, para la que todos posaron. Y, como buenos amantes de su tierra, los asistentes cerraron el momento entonando, a voz en cuello, el infaltable Viva Santa Cruz.

Sin mucho preámbulo, a las 00:00 el australiano Hook N’ Sling hizo su ingreso, mientras las bailarinas sobrevolaban el escenario. Cuarenta minutos después, con el coro de We could be heroes de fondo, se flameó la bandera cruceña, llevando al público a un clímax general.

Aunque el cielo dejó caer algunas gotas, la gente se mantuvo firme, esperando el plato fuerte. Fue así como a la 1:34, Carnage apareció en escena, con un despliegue de luces, humo, papeles picados y pintura, digno de una verdadera estrella.

La fiesta, que marcó el cierre de Sonilum hasta el primer semestre de 2015, se prolongó hasta las 3:00. Por la producción y las dimensiones, no es exagerar decir que, aunque parecía Carnaval, Santa Cruz nunca había vivido una locura semejante

No hay comentarios:

Publicar un comentario