domingo, 15 de marzo de 2015

El vinilo, un 'culto' que aún no se pierde

En 1978 los discos de vinilo eran el soporte más común para escuchar música. Ello fue hasta que el disco compacto llegó y lo desbancó. Sin embargo, por atrás nunca pasó de moda y eso lo demuestran las estadísticas. Una de ellas lanzada por la firma de medición Nielsen que afirma que el año pasado se vendieron solo en Estados Unidos 9,2 millones de "long plays" (LP), un 51,8% más que en 2013. Nunca dejó de producirse, han habido sellos que continuaron, señala el sonidista, Arturo Martínez. Apunta que tener este soporte es aún un culto. Incluso aquí en Bolivia existen grupos metaleros nacionales que lo hacen. El primero fue uno de Sucre, cuenta.

En las tiendas. Desde Discolandia, ubicada en la calle Libertad, informan que hace años que no tienen a la venta los vinilos. "No tenemos estos discos", señala la encargada de la tienda Laura Melgar. Sin embargo, a unos pasos más, se encuentra Antonio Mercado en su tienda "Melody". "Aquí yo vendo un promedio de un disco de vinilo por día. Siempre vienen a preguntar". Él, que obtiene los discos por personas particulares, enfatiza que no los compra de afuera porque salen caros. "Las personas vienen y me los ofrecen, no tengo nuevitos", agrega. Con relación a los precios, indica que los ofrece desde Bs 50. "Los que son de artistas conocidos son más caros".

Un gusto exquisito. Para Eduardo Ribera, director del Museo de Arte Contemporáneo y coleccionista, señala que la textura que se siente al escuchar este sonido transporta a otro tiempo. "Quizá las nuevas generaciones no entienden eso, pero se ha vuelto de moda en Estados Unidos y Alemania, los intelectuales han vuelto a comprar estos discos", señala Ribera.

¿Una cuestión de lujo?. Un disco de vinilo dura 45 minutos y no se puede competir con un CD lleno de música, enfatiza el ingeniero en Sonido, Rodrigo Zamorano, que compró sus últimos discos de vinilo hace dos años. Por su parte, el también ingeniero en Sonido, Lucho Domínguez, que empezó en 1378 como DJ en la radio Numberg One, cuenta que en este tiempo solo se utilizaba vinilo. La experiencia ha sido muy emotiva. "Una cosa importante era que no se podía hacer copias", señala y añade que él tuvo la oportunidad de ir a grabar a La Paz en Discolandia. "Todo era de buena calidad". En cuanto a iniciativa de algunos artistas de grabar en vinilo, al experto le parece una cuestión de lujo. "Ya casi nadie tiene con qué reproducirlo y conseguir el aparato es difícil", asegura. Según Pablo Mansilla, la magia de estos soportes empieza desde que se observa la portada hasta que se escucha la música. "Se destaca la fidelidad del sonido suena más vivo y siento más la melodía en ese formato", manifiesta. Por su parte, Arturo Salva indica que en la ciudad existen bandas de música metal que grabaron en vinilo. "Estas bandas mandan sus grabaciones a Estados Unidos o Alemania a producir el formato vinilo", subraya.

Reaparición
La segunda vida de los discos de vinilo, un formato exclusivo

El vinilo, aquel material compactado con forma plana y circular que giraba a 33 o 45 revoluciones por minuto y que ejerció de imprescindible e imprevisible soporte musical durante décadas hasta su progresiva y casi total desaparición, vive un "segundo nacimiento" en pleno apogeo de la tecnología digital. Según cifras oficiales de 2014, solo en España el incremento en ventas respecto al año anterior fue de un 85 por ciento. En total fueron 280.000 ejemplares, una cifra irrisoria al lado de los 11,2 millones de CD despachados en el mismo periodo, pero que no deja de ser una "circunstancia llamativa y alentadora". Así lo señala Antonio Guisasola, presidente de Promusicae (principal asociación nacional de productores discográficos), que, aún precavido por sus "justas dimensiones", destaca el "renovado interés por un formato que llevaba tres lustros virtualmente desaparecido", más allá de tiradas muy específicas de sellos especializados en música de baile y de las tiendas de segunda mano. Todas las fábricas españolas que operaban en este sector cerraron hace tiempo, por lo que su fabricación depende de fábricas checas o polacas.

"Es un objeto de culto. Yo por ejemplo tengo todos los discos que pertenecieron a mis padres. El sonido del disco de vinilo tiene una suciedad entre comillas que genera un poco más de espiritu al escucharla. El sonido digital es puro y limpio"

Eduardo Ribera
Director del museo de arte contemporáneo

"La primera gran virtud es que no se podía piratear y su segunda el sonido cálido.
La calidad es una cualidad que lo hace atractivo. Me parece que hay una ligadura nostálgica. He visto artistas contemporáneos haciendo discos de vinilo".

Rodrigo Zamorano
Sonidista

"Es un objeto de culto. Yo por ejemplo tengo todos los discos que pertenecieron a mis padres.
En esta época ya casi nadie tiene con qué reproducirlos y conseguir el aparato es difícil".

Lucho Domíngez
Ingeniero donidista

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