jueves, 6 de agosto de 2015

Armadura utiliza heavy metal para revalorizar la cosmovisión andina

Una conocida canción de Kalamarka, Ama sua, ama llulla, ama quella, resuena por los parlantes del Teatro al Aire Libre de La Paz, pero el tema tiene un sonido distinto, más eléctrico, rápido y potente; sus intérpretes también difieren de lo acostumbrado, no usan ponchos y todos visten de negro estricto, al igual que el público que los escucha, que no para de mover la cabeza y su larga cabellera.
Esta imagen corresponde al Metalmarka, un concierto en el que varios grupos de la escena boliviana del metal se unieron para realizar sus propias versiones de canciones del emblemático grupo folklórico. Entre éstas se encontraba Armadura, un conjunto alteño de heavy metal que este 6 de agosto cumple 11 años de vida.
Fusión folk metal
Wara es quizás el ejemplo más conocido en cuanto a la fusión de sonidos eléctricos con el folklore. El líder de Armadura, Boris Méndez, así lo reconoce y explica que lo que busca el grupo es revalorizar tonalidades originarias a través de la fusión, logrando sonidos más potentes con un resultado “más explosivo”.
A principios de año, Méndez anunció que el grupo tenía en mente realizar un proyecto conceptual basado en la vida de Tupac Katari, mostrando al héroe indígena como héroe nacional y así difundir más la historia de este personaje; sin embargo, el ambicioso proyecto (que comprendía una investigación y un audiovisual) quedó truncado por falta de recursos económicos y auspicio. Ahora el grupo proyecta algo más pequeño, un disco (también conceptual) que abordará temáticas que giran alrededor de la cosmovisión andina.
Escena alteña
Méndez vive en El Alto, urbe que se relaciona directamente con Armadura. El vocalista reconoce que en esa ciudad no existe mucho apoyo a la música y en particular al rock y el metal, por lo que cualquier iniciativa tiene que ser autogestionada. Aclara que eso no quiere decir que no exista una dinámica musical en este género, ya que existe gran número de bandas procedentes de esa ciudad, además de espacios específicos para actuaciones.
Méndez explica que estos 11 años fueron difíciles y pese a que el grupo está consolidado, todavía no han alcanzado su meta final, pero reconoce que mediante la fusión con el folklore se ha conseguido llegar a otro público y difundir su música.
Actividades
Muyta Metal Fest es el nombre de una serie de presentaciones que reúnen a varias bandas bolivianas de metal con el objetivo de promocionar tanto a las más nuevas como a las ya consolidadas.
El primer concierto fue un éxito, se llenó un local en la zona Gran Poder.
El próximo encuentro será el 19 de septiembre en el mismo local, pero con una alineación de grupos diferente.
La tercera cita será en El Alto, el 21 de noviembre, con la presencia del tecladista de la banda argentina Rata Blanca, Hugo Bistolfi, con quien varios vocalistas bolivianos de metal grabarán un disco, en lo que será una especie de retribución musical a El Alto por seguir fielmente al metal.

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