domingo, 23 de agosto de 2015

Lila Downs en los ojos de las compositoras bolivianas

Frente a frente. Así como le gusta hablar y decir las verdades a la heredera de Chavela Vargas, cinco compositoras y cantantes bolivianas identifican varios aspectos de la propuesta musical de Lila Downs. La cantante mexicana-estadounidense se presentará el miércoles en el Cine Teatro 16 de Julio.
"Downs es una de las mujeres más destacadas del ámbito musical porque tiene una voz más versátil. Es impresionante todo lo que puede hacer con su voz”, destacó la cantautora Sibah.
Además, resaltó la compositora, Downs se ha destacado entre las voces femeninas porque "se ha atrevido de una manera impresionante a explorar e interpretar un amplio espectro de todo tipo de sonoridades”. "Esa cualidad le permite cantar casi cualquier cosa. Su voz es maravillosa. Es una mujer muy intensa”, acotó Sibah, quien destacó que será genial "vivir un reencuentro con la música de Downs”.
Sibah también dijo que la cantante es una de las compositoras más reconocidas en México. "Tiene una gran trayectoria internacional. Es conocida por dar unos shows espectaculares, así que, aunque uno no la conozca, vale la pena conocerla en vivo. Lila es altamente recomendable”, dijo.
La vocalista del grupo de jazz Efecto Mandarina, Verónica Pérez, confesó que admira de Downs el orgullo de mostrar su identidad y origen. Acotó que la intérprete de Balas y chocolates es admirable porque es "casi como una especie de extensión de lo que vendría a ser Frida Kahlo y Chavela Vargas”. "Es, en la parte musical contemporánea, un importante resultado del legado que dejaron esas mujeres”. comentó. Y agregó: "Lo que más rescato de ella es la manera en la que interpreta sus canciones en diferentes idiomas nativos. Es algo muy lindo y muy justo para su origen y los pueblos indígenas”.
Mientras que Melo Herrera, cantante y vocalista de Entre 2 Aguas, comentó que lo que más admira de Lila es su constancia y la identificación que tiene su canto con la sociedad.
"Fuera de tener una extraordinaria voz y de sus canciones muy lindas melódicamente, los temas que canta Downs siempre reivindican al pueblo mexicano”, dijo.
Para la rapera Nina Uma, una de las cualidades más importantes del trabajo de Downs es que a través de su música ha logrado visibilizar todos los procesos políticos y culturales de los pueblos indígenas. Además, resaltó, en sus composiciones la mexicana ha logrado que estas temáticas dialoguen con la modernidad. "En sus temas nos habla del amor, de la sensualidad, pero también de las demandas culturales, políticas y de justicia. Y creo además que otro de los elementos que ella nos aporta es en esos imaginarios que tenemos acerca de la artista femenina, desde la propuesta estética que ella trae; la versatilidad que tiene en el manejo de la voz misma”, dijo.

Emma Junaro, cantante y profesora de música, sostuvo que la intérprete de Paloma Negra es una mujer que recupera bastantes elementos de su cultura y las ha renovado enormemente con estudios. "Sé que es antropóloga y que trabaja mucho sobre la temática de los orígenes de, en este caso, los pueblos de México”, aseguró y dijo: "Lila es una mujer muy atinada con excelente sentido crítico y del humor en su música”.

La cantante mexicana presentará su más reciente trabajo discográfico en La Paz
Balas y chocolates, 13 temas incómodos y de la muerte

No le dicen "te voy a matar”, pero Lila Downs vive "presión” por recordar con su música a los 43 estudiantes "desaparecidos” en México. "Sufro censura”, asegura la cantante, que dedica en su último disco, Balas y chocolate, una canción a esos muchachos y a todos los "muertitos” que andan "penando”. "Hablar en México de los 43 estudiantes es ya tabú. Si lo haces, eres alguien anarquista. Hay un grupo de extremistas, de fanáticos a los que en realidad está pagando el Gobierno, que dan el mensaje: ‘no queremos saber de esto’”, explicó en una entrevista con EFE la artista, nacida en Heroica (Oaxaca), hace "cuarentaytantos”.
El disco, octavo de una carrera que comenzó hace 20 años con la lucha por los derechos civiles y contra la violencia como "mantra”, está dedicado a todos los fallecidos en su país "que aún andan penando... porque no descansan en paz” y porque "la violencia, la impunidad y el miedo rigen sus muertes”. "¿Quién entiende a la muerte?. La tememos, pero en México le cantamos. Por eso alzamos nuestros altares de difuntos -como el que han montado detrás de ella para la presentación de este disco-, para atenderles y llamarles cada 1 y 2 de noviembre. Se llama a la muerte; pero con mucha delicadeza, para que vengan alegres”, asegura mientras entona Son de difuntos.
Tiene una relación con ella tan especial como todos los mexicanos; pero a la terrible experiencia de ver morir a su padre con 16 años, algo que la convirtió "en un zombi sin conciencia”, se unió hace dos la amenaza de perder a su marido, el también músico Paul Cohen, diagnosticado de una "cardiomiopatía dilatada”.
"Eso significa que tiene el corazón muy grande. Es que es un hombre muy ‘querendón’”, bromea la artista, una de las máximas exponentes de la música folklórica mexicana, ganadora del Premio Grammy en 2013 por Pecados y milagros y candidata a los Oscar por la canción Burn It Blue, que interpretó junto a Caetano Veloso en Frida (2002).

Decidió entonces apretarse "el refajo” y "seguir p’alante”. "Soy cantautora y me toca ahora cantarle a la ‘pelona’ -la muerte-. Nunca la voy a entender pero quizá sí pueda portarme mejor con los seres queridos”, desea.
Balas y chocolate son 13 temas muy distintos en los que no se evitan los "temas incómodos”, como la muerte de aquellos chicos el 26 de septiembre de 2014 presuntamente a manos de autoridades corruptas y miembros del crimen organizado en la sureña ciudad de Iguala. "Los mexicanos somos muy aguantadores porque aprendimos que si no teníamos cuidado no íbamos a sobrevivir. Somos muy pacientes; pero hubo un ‘hasta acá’ con la muerte de esos muchachos porque las autoridades no tuvieron sensibilidad y eso nos enfureció”, rememora.
El país, sostiene, "necesita una buena renovación” y ella contribuye con su música, e invoca "a la conciencia” para que cosas como ésa no se repitan. "La autocensura es lo que más daño hace, aunque comprendo que pase. La gente dice ‘no queremos saber de esto, queremos ser positivos’. Pero no podemos olvidar. Mi madre me dice ‘ay, Lila, ten cuidado’ pero es lo que debo hacer”, dice convencida. Cree que lo importante es "salir de ese contexto de balas”, de tanta vulnerabilidad como padece esa juventud que aún cree "en un futuro lindo”.
Si "la bala” en su vida es su temor a "no saber buscar la solución a la situación de violencia” que se vive en México, su "chocolate” es Benito Dxuladi -Benito por Juárez y Dxuladi porque así se llama el maíz tierno-, es decir, su hijo de cinco años.
En el disco, en el que también habla de "los periodistas en la línea de fuego”, de "los desaparecidos” o de "los normalistas que se manifiestan”, ese dulce significa, además de "lo sagrado” para los mexicanos, "la conciencia del exceso”, algo "tanto positivo como negativo”. (EFE)

Prometen recital íntimo y único
El concierto de Lila Downs será más "íntimo” y "único”, destacó Jean Claude Eiffel, de la productora Sonidos del Mundo, que organiza el recital de la mexicano-estadounidense en La Paz. "El público estará más cerca de Lila”, aseguró el productor.
El costo de las entradas para dos sectores es 560 bolivianos para Balas (Platea - filas de 1 a 10) y 420 para Chocolate (Platea - filas 11 para atrás).
Ayer, la producción del concierto abrió un nuevo sector en el concierto de Lila Downs. Se trata de mezzanine y se denomina Mezcalito. El costo de los boletos para este sector es de 200 bolivianos.
Las entradas para el recital se venden en los supermercados Ketal de la calle 21 de San Miguel y de la avenida Arce. También se ofertan en la oficina central de Súper Ticket, ubicada en el edificio Alborada en la calle Juan de la Riva. Para más información, el público puede hacer sus consultas al correo sonidosmundo@yahoo.es o al número 720-43691.


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