lunes, 27 de junio de 2016

Los Compañeros, el viaje de los mellizos Gonzalez

“Los compañeros” es el nombre del primer disco de canciones de los hermanos Daniel y Marcelo Gonzales. Por esta propuesta circulan los 20 años que llevan haciendo música, incluida toda la savia musical que han podido absorber por un viaje sensible que ha recorrido gran parte de la geografía física y musical de América Latina. “Los compañeros” es sólo una muestra del talento de dos músicos que van camino a entregar una obra significativa a Bolivia en el siglo que recién se abre.

PyL: “Los compañeros”, el nombre de su disco ya promete un viaje. Cuéntennos cómo ha sido este viaje musical de dos compañeros en la vida y en el arte. Cuáles son los caminos recorridos, cuáles los por recorrer. Qué les dice de su relación este disco.
M.G: No es casualidad que nos menciones lo del viaje, ya que justo la canción “Los compañeros”, que es alrededor de la que gira todo el disco, se compuso en un viaje de vuelta de Quito a La Paz el 2011. Por varios motivos el viaje fue un poco pesado, además de lo largo, y en ese trajín mi hermano comenzó con la composición de esta pieza. Al llegar a La Paz ya estaba terminado un primer boceto, y de ahí con el tiempo se fue armando. Los viajes realmente han marcado nuestra vida no sólo musical, y además el trabajar la música popular latinoamericana a profundidad ya implica viajar, aunque no siempre físico, pero hay que tratar de sentir, entender los ambientes, las sensaciones de los lugares. Por otro lado, “Los compañeros” habla mucho de la amistad, esa que puede llegar a ser tan fuerte y determinante, con un cierto toque especial en lo latinoamericano. Esa de la que hablaba Atahualpa Yupanqui: “Un amigo es uno mismo con otro cuero”, pero también tiene que ver con la obvia amistad y la coronación de una unión entre dos hermanos que han estado toda la vida juntos. Finalmente esta canción, y desde ella todo el disco, trata de sugerir un renacimiento, reivindicación, de lo mejor que tiene lo criollo, lo mestizo, lo indio y lo negro latinoamericano, un intento de identificación musical con lo que somos más allá del rock, el jazz y todo lo demás; lo verdaderamente nuestro. Los caminos recorridos que nos llevan a este momento van desde que comenzamos en el Taller Arawi que quedaba en la calle Jaen donde es el museo de Ernesto Cavour, donde nos iniciamos en la música latinoamericana, hasta estos días, en los que además hacemos música contemporánea y guitarra clásica acá en La Paz, en el trayecto están el Conservatorio, la Escuela de Música de La Habana, nuestra raíz colombiana (nuestra mamá es colombiana), unos pocos pero valiosos días en Perú y Brasil y unos años muy importantes en Ecuador. Lo que se viene es seguir trabajando mucho. No hay otra.

PyL: Qué tiene la música popular latinoamericana en común y qué diferencias encuentran de país a país. Para dar dos ejemplos de países y de música que ustedes conocen muy bien: Cuba y Ecuador.
M.G: Lo primero que hay en común de país a país son los temas: la naturaleza, la patria, el enamoramiento, la amistad, la fiesta, la vida, la muerte y varios más, pero cada país encara estos temas con su matiz distinto, lo que le da la total riqueza a esta música y lo que hace que diga mucho de la mentalidad y el sentir de los habitantes de cada región. Lo mismo pasa con los ritmos, son similares, pero la riqueza radica en las diferencias sutiles. Claro que existen diferencias mayores, como pasa en el ejemplo que me propusiste, Ecuador y Cuba. Existen en lo latinoamericano tres grandes regiones, que se hacen evidentes en lo musical: los andino, lo negro costero, y lo rivereño. Ecuador y Cuba son lo andino y lo negro, que se diferencian más de lo que por ejemplo se diferencian un taquirari de un chamamé, dos músicas más de la zona de los ríos, el Amazonas, el Paraná. Así funciona pues esta música, son espacios que se llenan y se complementan. Cada cual tiene su ritmo único que no puede ser el otro pero no puede dejar de parecérsele, por esto cuando te internas en el estudio de estos ritmos se te abre un cúmulo de potente información sobre esta parte del mundo.

PyL: Cómo encuentran los lazos de colaboración entre los músicos jóvenes en La Paz y en Bolivia. ¿Sienten que hay una movida conjunta, transformadora?, más allá de los circuitos comerciales habituales.
M.G: Creo que acá en La Paz se está armando un rico movimiento en el que, para mencionarte sus mejores representantes, están el espacio de arte “Casataller” y sus compositores y ensambles, y el sello discográfico “El otro baile” y todos sus proyectos. Nosotros tenemos la fortuna de trabajar con ambos y realmente, cada uno con su enfoque distinto, con un rigor, un silencio, una humildad sin mucho alarde, propia de los que trabajan mucho, han logrado establecer un círculo en el que se respira y se vive la música de una manera muy profunda y nueva. Con esto no desmerezco el trabajo de todos los que vienen antes, detrás, y todos quienes integran este nuestro mundo musical del que nos alimentamos, que son varios más, y que van desde la orquesta Bolivia Clásica, en lo suyo, hasta clásicos como nuestra querida Matilde Casazola, en su universo propio. Pero te hablo de estos dos lugares porque es lo que estoy viviendo de cerca, y, como dije, están proponiendo algo totalmente fresco y nuevo, más allá de los gustos y opiniones.

PyL: Cómo va su proyecto de música latinoamericana, Ceviche Mixto, quienes lo conforman y cuál es su proyección en la escena musical boliviana. Cuál es la vigencia de los ritmos latinoamericanos en la música actual.
M.G: Este proyecto nació precisamente en la Casataller a partir de un taller de música latinoamericana que dimos en el 2014. Resultó un muy buen grupo ya que la mayoría eran músicos, de este surgió espontáneamente “Ceviche Mixto”. Lo integran, además de nosotros, Carla Derpic (quena y percusión), Ariana Tavera (voz y percusión), José Luis Blanco Monroy (cuerdas, voz y percusión), Jorge Monroy (percusión y cuerdas), Martino Alvéstegui (guitarra y voz) y Jorge Villaseca (bajo). Pronto se sumará Gabriela Saravia en la percusión y también está la María Domínguez, puntal del proyecto, pero que se encuentra por el momento en Buenos Aires, ya que también se dedica al cine. Lo que hacemos es música latinoamericana tratando de rescatar los modos más tradicionales de interpretarse estas murgas, sambas, cumbias, cuecas, chayas, valses peruanos, sones, albazos y chacareras, entre otros, no tanto recurriendo a recursos que se valen del uso de recursos técnicos del jazz y otras músicas similares, sino intentando ahondar en los más auténticos modos de existir estos ritmos tan arraigados, tan propios de lo latinoamericano y lo mestizo en sí. En autores, tratamos de ir a los mejores, desde Chabuca Granda hasta Compay Segundo, pasando por Alfredo Domínguez y Jaime Roos, entre varios otros. La vigencia de esta música se mantiene y se mantendrá porque siempre habrá gente que siga componiendo estos ritmos, con menos o más medida. Ahora, si hablamos del tema comercial de seguro el panorama será distinto, pero siempre será más importante la calidad y la creación que esos temas secundarios y externos.

PyL: Sabemos que grabaron su disco con Manson (José Carlos Auza, músico chuquisaqueño), integrante de Taqi Onqoy y Enfant. Cómo fue el proceso de grabación, la búsqueda del sonido, cómo les fue en ese proceso.
M.G: Al Manson lo conocimos primero a través de su música por un primo que nos la mostró al volver de Ecuador. Nos pareció buena y además nos llamó la atención la calidad de las grabaciones, entonces surgió la idea de algún rato grabar con él. Pero paso un buen tiempo, más de un año, luego de esa primera idea, para que, justamente a través del espacio Casataller, nos conociéramos y nos hiciéramos amigos. Entonces por fin se pudo concretar el proyecto. No reunimos a fines del carnaval del 2015 y desde ese primer momento el Manson comenzó a mostrar su gran creatividad, pues hizo muy buenas propuestas, sobre todo la de intentar que el disco tuviera más de un tipo de grabación, lo que nos ayudó a cerrar la idea del disco, pues decidimos ahondar en la idea de que un disco a dos guitarras y a dos voces con el mismo tipo de grabación puede resultar un poco cansador. Es así que con el pasar de los días fueron surgiendo nuevas ideas, nuestras y del Manson, y también con mucho de espontaneidad, de azar, el que también aporta siempre nuevas e inesperadas ideas, se cerró un lindo trabajo, que nos representa bastante bien, y que muestra mucho de lo paceño, lo boliviano, lo latinoamericano, como esperábamos.
PtyL: Cómo harán rodar más “Los compañeros” por Bolivia. Cuando podremos verlos por el Sur. El Sur también existe, no lo olviden.
M.G: Claro que queremos recorrer Bolivia con nuestro disco. Ya lo pudimos presentar en Santa Cruz, en un pequeño pero sentido concierto en la organización cultural Nueva Acrópolis. Pero queremos tocar en Sucre y Cochabamba por ahora. Luego sería rico Potosí, Oruro, y mejor si se completan los departamentos. Claro que tomamos en cuenta Sucre, nos encanta la ciudad, algo muy único tiene, de esas ciudades con rincones, con ricas sensaciones. Esperemos que se pueda dar precisamente a través de ti, y que esta entrevista sea el preámbulo para hacerlo este año sí o sí. Luego hay planes de seguir viajando. A mí me atrae mucho el sur, además de Sucre, lo que hay más abajo: Argentina, Chile. Tenemos muchas ganas de ir a Buenos Aires, y pasar por el norte argentino cuya música es de las que más nos han influido, haber cuando se plasma todo eso.

PyL: Para finalizar cuéntennos en qué están trabajando. Luego de Los compañeros qué podemos esperar de los González.
M.G: Como dúo de música latinoamericana lo que se viene es un nuevo disco, pero no sabemos cuándo lo comenzaremos a grabar, no queremos apurar nada, tampoco retrasar, pero ya está en proceso de creación. Ya tenemos unas 5, 6, canciones, como siempre entre nuevas y recopilaciones, correcciones, de cosas del pasado. La idea central del disco provendrá de un homenaje a nuestro padre Alfredo Gonzales “Peji”, que falleció en noviembre del año pasado. Hay una samba muy sentida que se llama “Tigre de la zurda”, que será la pieza central del disco, y de ahí ya hay una chacarera, una cueca y otras propuestas. Hay mucho entusiasmo para este nuevo trabajo. El hecho de homenajear a nuestro padre es nuevamente hablar de la música de la que provenimos, esas sambas y canciones que tanto escuchan y escuchaban nuestros viejos. Por ahí irá entonces este nuevo disco. También planeamos tener más instrumentos, pero siempre con fineza. Ahí veremos cómo sale. Por otro lado seguiremos con “Ceviche Mixto”, el ensamble “Maleza”, de música contemporánea, el grupo “Reverdecer”, también de música latinoamericana y yo tengo mi dúo con Dante Domínguez, con el que nos está yendo bastante bien. Hay planes también de formar un cuarteto con el Manson y el Christian Aillón.
LOS GONZALES EN BREVE
Los hermanos Daniel y Marcelo Gonzales llevan 20 años haciendo música. Desde los 12 años fueron parte del grupo guitarra popular Arawi, con el maestro Paul ‘Paulino’ López. El año 2001 entraron al Conservatorio Nacional cursando guitarra clásica para luego ser becados para el estudio del instrumento en La Habana, Cuba.

Cultivan lo latinoamericano mestizo, la guitarreada, los ritmos y bailes, mezcla forzada y perversa, pero finalmente única, de España, África y las tan ricas culturas nativas latinoamericanas. Marcelo y Daniel tienen ya un par de discos de guitarra instrumental que realizaron cuando vivían en Quito, Ecuador.

Los Mellizos Gonzales también participan de las agrupaciones Ensamble Maleza con el disco Ulupika, Música boliviana del siglo XXI con la agrupación Reverdecer y son directores del Taller Ceviche Mixto, un ensamble de música latinoamericana que nació en el espacio de música Casa Taller.Por otro lado los músicos fueron invitados a participar en los discos de Zuleta Balvulard y del Taller Taká de Gabo Guzmán.


SOBRE LOS COMPAÑEROS
La primera producción oficial del dúo recopila canciones inspiradas en los diferentes estadios que recorrieron como músicos.

“En las más antiguas el proceso era más de cantautor, con mucho empirismo, con mucho de lo externo (influencias musicales, sentimentales, etc.) plasmado en las canciones. Ya con el paso de los años la composición se fue haciendo más consciente, más con recursos académicos, más interna”, explica Marcelo sobre el trabajo que se grabó entre marzo y octubre de este año.

Para los Gonzales el disco es todo lo contrario a una gran producción, ya que fue realizado en un estudio casero.

“La cosa es que Manson es muy conocedor de los procesos de grabación, master y mezcla, por eso el disco quedó tan bien”, explicaron sobre el aporte del músico paceño quien es parte de varios proyectos musicales como ser Taki Ongoy y Enfant.

Otro artista que colaboró en la producción es Gilmar Gonzales, con dos colaboraciones en música, una en letra y “un bajo peruano sabroso” que puso en el huayno Referendum en el Perú..

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