lunes, 17 de abril de 2017

Cuando el quechua se canta en Sucre, se llama Kaypi Rap


PROYECTOS

Este año Kaypi Rap tiene previsto publicar su disco Dueño de Casa, que sería el quinto material que produce de manera personal en el estudio del mismo nombre, además de producir un nuevo videoclip y hacer colaboraciones con distintos artistas y grupos como La Chiva y Capitán Yote.

Rubén Darío Gómez, más conocido como Kaypi Rap, es uno de los jóvenes que son parte de la casa de estudios del mismo nombre, que se dedican a hacer música en lengua nativa. Su propuesta, sin embargo, va más allá de lo musical

Con el quechua en las venas y un distintivo estilo en la imagen, Rubén Darío Gómez, más conocido como “Kaypi Rap”, es hoy en día uno de los músicos urbanos de Sucre que comienza a repuntar en el ámbito de la producción artística, debido a su ideología y a su búsqueda de ampliar el espectro de su música a distintos espacios y grupos etarios.

Desde 2008, Kaypi se dedica a la producción musical, pero la falta de acceso a estudios para plasmar todo su material, lo obligó, junto con sus amigos, a pensar en consolidar un espacio propio y así nació la Kaypi Rap home estudio, que más que un estudio es una casa de encuentro cultural.

Su fuerte es el hip hop, pero la casa también produce reggae y música folclórica, de hecho, actualmente trabajan en la elaboración de música pedagógica, de Santusa Calizaya, una profesora que busca promover el aprendizaje de la lengua originaria de esta región.

“Tratamos de unir varias ramas de la música para que se siga fortaleciendo esto”, precisa.

A sus 25 años de edad, Kaypi produjo una decena de videoclips, tres elaborados con producción escenográfica y guiones. Su camino recién comienza y es que si bien sus vínculos musicales se remontan a su niñez como parte de los “J’uchuy Masis”, su configuración como artista urbano recién se hace visible en distintos espacios, eso sí, cada vez con mayor frecuencia.

Se puede decir que el videoclip que lo hizo visible es el “juntucha de rap”, que lo hizo junto con otros músicos locales que también se dedican a ese género. Juntucha fue lanzado en marzo del año pasado y aunque luego de eso sacó “Justo para un malvado”, fue Juntucha el que llamó la atención de gestores nacionales e internacionales, ya que por ello logró una invitación a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México), en diciembre del año pasado.

“La Universidad de Guadalajara fue muy estricta con la participación porque costeó todo, pero las autoridades locales no ayudaron aunque sí les gusta decir ‘oh sí, alguien de Bolivia ha ido a México’, pero no he recibido así apoyo contundente de las autoridades’”, cuenta.

En el evento participó de la actividad denominada “Juventud, palabra y música”, con la participación de otros colectivos que también hacen rap en idioma nativo.

“Tengo una ideología personal, creo que no debe llamarse hip hop, porque ellos me preguntaban cómo lo llamaría en mi idioma, si lo llamaría hip hop originario, pero el originario tendría que ser en inglés porque ahí se originó, yo me considero como músico urbano en idioma nativo, que puede ser quechua, aimara, guaraní, dependiendo de dónde es el músico”, comenta.

El discurso del Kaypi rap es precisamente el de la descolonización, desde la forma de vestir, hasta la forma de pensar, y obviamente también en la forma de hacer música, que para él debe ser un espacio en el que una persona muestre lo que es y de dónde viene.

Kaypi recuerda que en sus inicios él también usó ropa holgada, como lo hacen aquellos que se dedican al hip hop en EEUU, como una señal de protesta y homenaje a las personas negras que fueron segregadas durante muchos años y que cuando entraban a las cárceles eran obligados a vestir ropa en tallas grandes, incluso cuando salían de las rejas, con el objetivo de identificarlos.

“Pero esas cosas ya pasaron y las cosas se siguen construyendo, hay que reapropiarse de una chalina, un chulo; en la música, de una zampoña, todo eso es reapropiar tu identidad y mostrar que eso también vale y tiene peso”, reflexiona.

En el estudio, del mismo denominativo que Kaypi, no sólo se promueve la música y talentos locales, sino también prácticas como la minka o el kutichiy que se basan en el apoyo muto y reciprocidad.

Kaypi cuenta que en el estudio, ubicado en un ambiente de su casa, tienen una huerta donde con los chicos que también se dedican a hacer rap, algunos de ellos ejerciendo además oficios como la albañilería, siembran productos para al cosecharlos armar una comida en conjunto con todos los que colaboraron en el proceso.

Explica también que las ideas que promueve ese espacio cultural y musical que armaron entre jóvenes, es en realidad un activismo y una forma de vida, porque el discurso del “Kaypi rap no es sólo de palabras”, ya que también realizan talleres de formación política para jóvenes y promueven el debate y la información a través de un programa de radio que se difunde todos los lunes de 19:00 a 21:00, en Radio Universitaria (94.0 FM), centrado en cuatro ejes temáticos: educación, participación juvenil, violencia y trabajo digno, con los que espera motivar a los jóvenes a tomar activismo en diversos temas.

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