martes, 18 de abril de 2017

Músicos sobreviven con varios oficios cada mes


Mientras los acordes en banda del Viva Santa Cruz sacaron ayer de su habitual monotonía al casco viejo de Santa Cruz y los espectadores grababan con sus celulares la marcha de los artistas que piden al Gobierno aprobar su ley para así poder pagar tributos, Luis Aguilar, un bandero de hace 26 años, sueña con alguna vez poder dedicarse solo al bombo, pues para sobrevivir cada mes, sus manos dejan el instrumento musical para mezclar el cemento y la arena en su oficio como albañil.

Las historias del resto de sus colegas son similares, como la del percusionista Luis Reyes, que se dedica también al entrenamiento de boxeo y kickboxing. “De la música no se vive, esto es solo una pasión”, asegura.

Efecto dominó
Estos últimos días, los músicos, actores, bailarines, DJ y todas las personas relacionadas con los espectáculos han estado en alerta ante el llamado del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) exigiendo el pago de tributos a través de la emisión de facturas por sus servicios prestados.

Ante este llamado, desde la semana pasada en Cochabamba, los músicos decidieron emitir un pronunciamiento que se hizo eco en otros departamentos como Santa Cruz, Tarija, Oruro y Potosí.

“Es injusto este impuesto, porque atenta al bolsillo de los artistas bolivianos. Deben considerar la realidad de más del 90% de nuestros colegas que viven hasta en condiciones precarias”, señaló Eddy Guzmán, secretario de relaciones públicas de la Federación de Músicos Profesionales de Cochabamba.
Guzmán contó que ante los pronunciamientos realizados, los representantes de los distintos departamentos han sido invitados para mañana a una reunión con el presidente del Estado, Evo Morales. “Allí presentaremos la propuesta de entrar en un régimen especial y crear categorías dentro del mismo”.

El dirigente cochabambino, que es el vocalista de la agrupación En coma, contó que allí un músico que no es conocido gana unos Bs 2.000 por cantar en una fiesta durante más de cinco horas. “A eso se debe restar el pago del equipo de sonido, porque muchos no cuentan con uno. Además, la mayoría solo toca una vez al mes”, explica y que por lo tanto, por las mañanas se dedican a otras labores.

Y es que la obligación de pagar tributos sin contar aún con derechos básicos como la salud, los ha puesto en alerta. “Cada fin de semana organizamos una kermés para ayudar a algún colega”, lamentó el folclorista Chino Clavijo, de la Asociación Boliviana de Artistas Intérpretes y Ejecutantes de Música (Abayem).

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